Técnicas y estrategias de afrontamiento

 

El afrontamiento es el conjunto de estrategias mentales y comportamentales que utilizamos para gestionar las demandas internas (por ejemplo: emociones) o externas (por ejemplo: exámenes) que percibimos como excesivas, es decir, son técnicas que nos ayudan a rebajar y manejar los niveles de estrés.

No hay una única y mejor técnica de afrontamiento, todas ellas funcionan y lo harán mejor o peor en función de la situación y la persona.

 

Vamos a resaltar las principales técnicas, así como un ejemplo de ellas.

 

Las estrategias centradas en el problema

Ante situaciones en que percibimos el estrés como controlable, están orientadas hacia la tarea, se basan en ver cómo el problema se puede solucionar o modificar para que sea más conveniente.

Ejemplo: Dividir la tarea problemática en tareas más pequeñas y asumibles, como los escalones de una escalera, es más fácil subirlos cuando no  son exageradamente grandes.

 

Las estrategias centradas en las emociones

Para situaciones en que percibimos el estrés como incontrolable y entonces debemos trabajar sobre nosotros mismos, reconociendo nuestras emociones y aprendiendo a manejarlas.

Ejemplo: Intentar mantener una visión realista, no dejarnos llevar por el pesimismo, pensar en todo lo que ya hemos logrado, o en lo capaces que somos.

 

Las estrategias basadas en el distanciamiento

A veces sentimos que ahora mismo no podemos lidiar con algo y decidimos “ocuparnos de ello más tarde”, debemos entonces usar ese tiempo extra para ordenar nuestras emociones, reconocer la situación, planificar el mejor plan de actuación  y hacer acopio de nuestros recursos personales.

Ejemplo: Leer o hacer deporte un rato para dejar que nuestra mente desconecte del problema y volver con más fuerza.

 

Es importante tener en cuenta que no es necesario anclarse a una única técnica de afrontamiento, dependiendo de cómo nos sintamos y/o de cómo evolucione la situación es muy importante ir adaptando nuestra forma de afrontarla. Por otro lado, tampoco podemos olvidar que somos seres sociales y, como tales, podemos y debemos buscar apoyo social (parientes,amigos, parejas, especialistas...) en momentos difíciles, ya que simplemente este contacto nos va a beneficiar, tanto por la sola compañía, como para ver la situación desde otros puntos de vista. 

 

Àngela Carro, psicóloga colaboradora en Clínica de Llago